La brecha digital está especialmente asentada en territorios con baja densidad de población, territorios que en muchas ocasiones, están perdiendo gran parte de sus habitantes. Se consideran municipios con baja densidad de población aquellos que muestran un crecimiento negativo en 20 años y tienen un número menor a 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado. 

 

Las personas que viven en estos territorios se enfrentan a múltiples retos. Económicos, sociales, políticos… y también una gran falta de conectividad. Esto impide que muchas empresas apuesten por estos territorios. A su vez, la población de estas zonas envejece cada vez más, y carecen de formación para adaptarse a cambios tan del día a día como las innovaciones en cajeros. 

 

Es por ello que asociaciones como Cruz Roja defienden que formar y aprender sobre competencias digitales es esencial. 

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